miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cuerpo

La colocación hay que cuidarla desde el principio, si nos acostumbramos a una buena posición, llegará un momento en que nos salga sin pensarlo y será nuestra postura habitual, incluso cuando caminemos por la calle.
El cuerpo debe colocarse muy recto, con gallardía, aunque también debe quebrarse y estirarse cuando el paso lo requiera. Estos movimientos tienen que ser armoniosos, naturales, no forzados; el bailaor tiene que sentirse identificado con la plástica del movimiento. La cabeza también es importante. Deberá mantenerse alta, acentuará el sentido de nuestros pasos y nuestro baile ganará en expresividad.

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